Los daños personales son las consecuencias más dramáticas de los siniestros de automóviles, y suponen un sufrimiento personal, familiar y social, al que las compañías aseguradoras tienen la misión de responder con los medios de que disponen. Es de vital importancia asegurar que se emplean donde son necesarios y no son sustraídos a través del fraude, trasladando el sobrecoste a la totalidad de los asegurados.
Estamos comprometidos con aportar todo el valor posible a nuestro trabajo. Nos encargamos de diseñar los operativos de seguimiento desde las labores de inteligencia a la consecución de las pruebas videográficas. Pretendemos recoger y documentar toda la información que pueda ser útil para la toma de decisiones.